jueves, 14 de marzo de 2013

LA ARQUITECTURA FUNERARIA DE ANTONIO MARTORELL Y TRILLES EN EL CEMENTERIO GENERAL DE VALENCIA

Extracto del artículo:
“La arquitectura funeraria de Antonio Martorell y Trilles en el Cementerio General de Valencia”,  Archivo de Arte Valenciano, LXXXV, Valencia, 2004, p. 119-128


Acercarse a la biografía y a la producción de Antonio Martorell y Trilles, supone acercarse al devenir arquitectónico de la Valencia de entre siglos, dada su ingente producción constructiva, inmersa en un complejo eclecticismo que le llevará a reinterpretar todos los estilos históricos disponibles. 
Nacido en Valencia el 12 de marzo de 1845[1], hijo de Francisco Martorell y Francisca Trilles, fue bautizado dos días después en la parroquia de San Martín[2] con el nombre de Antonio Gregorio Martín, aunque utilizó habitualmente solo el nombre de Antonio.
En 1862 aprobaba el examen para el ingreso en la Academia de San Carlos, cursando en el año académico 1862-63 asignaturas como, geometría descriptiva y sus aplicaciones[3], en la que obtuvo una calificación de “notablemente aprovechada” y ambos “sobresalientes” en topografía y agrimensura. De nuevo en el siguiente curso repitió la máxima calificación en la asignatura de mecánica y construcción[4]. Tras el tercer y último curso, solicitó el examen para obtener el título de Maestro de Obras. La prueba, necesaria tras los tres cursos aprobados para obtener el título, está ampliamente reseñada en el Archivo de la Academia de San Carlos, sobre todo debido a un incidente, ya que debido a ciertas sospechas el examen hubo de ser repetido. (para más detalles sobre su paso por la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, ver artículo completo
Todas estas controversias alrededor de la figura de Martorell, no influyen sin embargo en su ingente y admirable producción arquitectónica en la ciudad de Valencia, siendo más numerosa la de carácter privado[8].
Su reputación profesional le valió la ostentación de diversos cargos oficiales, entre los cuales figuran los de  Presidente de la Asociación de Arquitectos de Valencia, en 1909, del V Congreso Nacional de arquitectos, de la Sección de Bellas Artes de la Sociedad de Amigos del País, y de la misma sección en las Exposiciones Regional y Nacional, Director de la Sociedad Valenciana de Aguas Potables y de la Acequia Real del Júcar, Vicepresidente de la escuela de artesanos, Arquitecto Municipal y de la Caja de Ahorros, Académico de San Carlos y San Fernando, Teniente de Alcalde y un largo, etc. junto con numerosas condecoraciones y en sus últimos años, el rango de Jefe Superior Honorario de la Administración Civil[9].
Volviendo a sus inicios en la profesión es de gran valor mencionar el mentor que le introdujo en el oficio, Sebastián Monleón, quien le dio la oportunidad de colaborar en dos grandes obras para Valencia el Asilo de San Juan Bautista y la Plaza de Toros.

Asilo de San Juan Bautista (1874), hoy sede de la Universidad Católica
Plaza de Toros de Valencia
      
El género funerario, que nos ocupa en este estudio, comenzó a ser tratado por Martorell pocos años después de su titulación, tal vez introducido en él por su preceptor ya que fue Sebastián Monleón el primer arquitecto que logró edificar el primer, monumento en el Cementerio General de Valencia en 1846 dedicado a Juan Bautista Romero Conchés[10].


Primer panteón edificado
 en el Cementerio General de Valencia,
por Sebastián Monleón (1846)

 El primer encargo de Martorell en este género del que tenemos constancia[11] es el proyecto de mausoleo para José Peris y Valero[12], firmado y fechado en julio de 1877 . 




Meses antes, el 15 de mayo de 1876, Fernando Zorija Escrich[13], se dirigía a la Corporación para exponer su deseo y el de varios amigos del difunto, de erigirle un mausoleo individual que perpetuara su memoria. El diseño presentado para su aprobación aunque de modestas dimensiones y composición sencilla, es sin duda uno de los proyectos más cuidados, definidos y ordenados de los que hasta el momento habían sido presentados ante esta Comisión. En primer lugar se presenta una memoria descriptiva en la que se explica detalladamente la estructura subterránea que tendrá la tumba, así como todos los materiales que se utilizarán para su fabricación, todo ello con la virtud de la brevedad y la claridad. Dicha memoria que a continuación reproducimos parcialmente, se presenta acompañada por un minucioso boceto coloreado en el que se representa el monumento de frente, en un corte longitudinal y otro transversal en los que se contempla alzado y parte subterránea, además de los dibujos en detalle de elementos accesorios como balaustres y pedestal. La solicitud fue aprobada inmediatamente y los derechos de los 6 m2 de  terreno fueron abonados el 5 de junio de 1877 por D. Fernando Zorija, a razón de 58,50 ptas el m2[14].

“Memoria
El mausoleo que se intenta erijir (sic) es del género de los conmemorativos y tiene por otro de sus objetos el de perpetuar la memoria del sabio jurisconsulto e ilustre patricio D. José Peris y Valero […]
En ambos cortes, longitunidal y transversal, puede advertirse que la cimentacion y suela de la cripta serán de mamposteria, los murales y bóveda de fábrica de un ladrillo de espesor estableciéndose sobre la bóveda una gruesa capa de hormigón hidraúlico (sic) que sirva de plano de fundacion a la parte esterior y monumental del mausoleo. Esta tiene su basamento o cimiento de ladrillo, que queda enterrado, y el resto de marmol de carrara formando un pequeño recinto rectangular destinado a contener tierra vejetal (sic) con plantas simbólicas. Tres lados de este rectángulo van guarnecidos por una barandilla de bronce y en el cuarto, que ha de corresponderse con la cabeza del cadaver, se levantará el pedestal decorado destinado a soportar el busto del finado. Este busto es de bronce fundido y tiene felizmente todas las condiciones de un buen retrato.
[…]
6 julio 1877
Fdo.: Antonio Martorell

Dos años más tarde, de nuevo hacía gala de su buen hacer presentando un proyecto ejemplar de mausoleo para la Familia Montesinos[15]. Este tipo de monumento de dimensiones reducidas, que se encuentra en un término medio entre la simple losa terrestre o la cruz memorial y el panteón monumental, proliferará sobremanera a partir de finales de la década de los ’70. Muchas serán las familias que a partir de entonces elevan un pequeño panteón con cripta en el pasillo central que lleva desde la entrada principal a la capilla del camposanto. Era una opción mucho más razonable y asequible para la pequeña y mediana burguesía, frente a las monumentales construcciones que hasta el momento poblaban la necrópolis, como el monumento a Juan Bautista Romero, primer panteón edificado en Valencia en 1846[16], o el templo importado de Génova para a Virginia Dotres[17], y los panteones capilla de los White y Llano (1858)[18], los Trenor (1863)[19] o los Ibañez (1867)[20] entre otros.
Martorell aunque se inició en el género funerario gracias a estos pequeños proyectos, pronto se hizo merecedor de grandes encargos una vez demostrado el cuidado y dedicación que imprimía en estos diseños.
En 1881 firma uno de los proyectos más monumentales de la necrópolis valenciana, el panteón a los Marqueses de Colomina[21], que en forma de templete se eleva mediante una cubierta escalonada surmontada por una esbelta linterna que remata un ángel, una de las obras escultóricas que junto con las alegorías del trabajo, la industria, el comercio y la agricultura, modeló el escultor José Aixa Iñigo[22] para este monumento.


El impacto de esta obra fue tal que mucho antes de su construcción, ya se daba noticia de él en la prensa[23], lo que demuestra lo excepcional de esta obra en un cementerio que todavía no se encontraba saturado de construcciones como lo contemplamos hoy. Sería entonces mucho más nítida y sorprendente la visión de estos mausoleos primigenios que hoy se presentan deslucidos, primero por la carencia absoluta de vegetación lo que recrudece excesivamente la visita al camposanto y segundo por la aglomeración de tumbas que dificulta el paseo y hasta la contemplación de monumentos robándose espacio y protagonismo unos a otros, lo que en definitiva repercutirá en perjuicio de la imagen monumental del cementerio[24].


Foto antigua del Cementerio General de Valencia



Panteón Marqueses de Colomina.
Antonio Martorell

Alegoría de las Artes?

Alegoría de la Agricultura?

Alegoría de la Industria

Alegoría del Comercio

Martorell y Aixa, ambos estudiantes de San Carlos y con el tiempo profesores y Académicos, llegaron a formar un equipo colaborando en otras obras tanto en el recinto funerario como en el exterior. Es el caso del  panteón para la familia Sánchez Quintanar[25], cuyo proyecto 1888, aunque firmado por Antonio Martorell, está protagonizado por un ángel del Juicio Final en relieve de José Aixa[26].



Panteón Sánchez Quintanar.
Antonio Martorell y José Aixa

Igualmente en la década de los noventa, ambos se encontraban de nuevo en los trabajos de limpieza y restauración del edificio de la Lonja, para los que Aixa realizó los dibujos que habían de servir de base y modelo para la restauración de los grandes ventanales del Salón columnario,  mientras que Martorell fue el designado por la Academia de San Carlos, como representante de la Sección de Arquitectura para la realización del informe de intervención[27].

Pablo Mares, "Bourse de Valence",
À Paris : Imp. Photografique Lemercier, [ca. 1853]
Esta exitosa y efectiva unión de arquitecto y escultor se manifiesta nuevamente en la fachada de la antigua facultad de Medicina de Valencia, obra dirigida por Martorell y engalanada en su fachada con alegorías escultóricas por Aixa.
Aunque no son estos túmulos de pequeñas dimensiones sus obras más relevantes en el cementerio, si son los más numerosos, se podría decir que casi un 75% de sus funerarios fueron de este calibre.
Por orden cronológico, según la fecha del diseño y siguiendo la documentación del Archivo Histórico Municipal de Valencia podemos encontrar los túmulos dedicados a: José Peris y Valero, 1877; Antonio Mengod y Huete, 1883; Familia Montagud, 1883; Familias de Segura y Monforte y de García y Monforte, 1883; Remedios Salvador Viuda de Quesada, 1884; Vicente Ortega y María Soler, 1887; Tatay Pérez, 1888; Sánchez Quintanar, 1888; Familia García Saye, 1891; Familia Franquero, 1892; Familia Gilabert, 1892; Familia Laurence, 1892; Pintor Antonio Cortina, 1892; Familia Monleón y Torres, 1893; Familia Serrano Cañete, 1893; Familia de Chiva, 1895; Familia Pla y Rams, 1895; Familia de Mellado, 1895; Antonio Suarez Chiglione, 1899; José Martí y José Puig, 1899; Luis Albacar Tournier, 1899; Salvador Albacar Gil, 1899; Familia Banús, 1902; Familia Tormo, 1904; Familia Mayans y Escobedo, 1906; Familia Castells, 1908; Familia de Martorell[28], 1908; Josefa Fernández Blasco, 1910.
De entre estos monumentos además de destacar el de José Peris y Valero por ser el primero de su producción y por la perfección del proyecto presentado, cabe resaltar por motivos dispares alguna que otra obra como la de los Padres Escolapios[29], quienes solicitaron al Ayuntamiento la concesión gratuita de un terreno de 70 m2 para la inhumación de todos los miembros de la orden.



Panteón para los Padres Escolapios
Antonio Martorell

El panteón, aunque disponía de un amplio solar, se limita en el alzado a un austero basamento escalonado con un monolito elevado en el centro, ornado en el frente menor con una cruz sobre el escudo de la Orden. El amplio solar delimitado por una elaborada cancela, como se puede observar en el proyecto presentado a la Comisión de Cementerio, se traduce en el subsuelo en un amplio espacio de una nave de cubrición abovedada, con dos huecos en cada lateral de tres alturas cada uno y un altar en la pared frontal.
Sin embargo, Martorell firma también alguno de los panteones más monumentales, además del de los Marqueses de Colomina visto anteriormente, en 1883 levanta uno de los mausoleos más singulares del camposanto valenciano, el dedicado a la familia Llovera.


Panteón familia LLovera
Antonio Martorell

Su alzado no sorprende por su altura, sino por su perfil en forma de pirámide horadada en sus cuatro frentes por pórticos adintelados en los que se inscribe el nombre de la familia “LLOVERA” entre una decoración de palmetas y líneas en zig-zag. Sobre altos pedestales columnas palmiformes completan el repertorio neoegipcio, aunque la devoción cristiana queda patente en las cruces que rematan cada uno de los pórticos. Aunque en este camposanto no proliferen los diseños de inspiración egipcia, si fueron comunes en muchos cementerios.
La estructura piramidal, vinculada al mundo funerario desde los antiguos egipcios, fue retomada ya en el mundo romano por Caio Cestio para su tumba, siendo el único ejemplo de este tipo en la antigüedad europea. Por su singularidad, fue uno de los monumentos romanos reproducidos asiduamente en los grabados del siglo XVIII, siendo Piranesi uno de sus difusores[30].


Pirámide de Caio Cestio en Roma.
Piranesi

Englobado en el denominado “gusto imperio”, el repertorio egipcio se popularizó poblando de obeliscos, esfinges y decoraciones egipcias, plazas, palacios y jardines. A caballo entre el setecientos y el ochocientos, uno de los diseños funerarios más significativos, con la pirámide como protagonista, fue el de Antonio Canova para la Duquesa María Cristina de Sajonia-Teschen (1798-1805) en la Iglesia de los Agustinos de Viena.

Antonio Canova,
 Cenotafio mortuorio de Maria Cristina de Austria (1798 - 1805).

Así pues, tras la puesta en valor de la tradición egipcia por el neoclasicismo, el género funerario se servirá en multitud de ocasiones de sus formas y su repertorio para la confección de sus diseños. Sirva como ejemplo pionero de esta tendencia, dentro de los cementerios generales contemporáneos, el proyecto para capilla funeraria que Brogniart confeccionó para el camposanto parisino de Père-Lachaise.


Proyecto Brogniart para Père-Lachaise

El éxito y continuidad de la forma piramidal como construcción funeraria queda patente en las múltiples réplicas que encontramos en cementerios de todo el mundo como por ejemplo, en el Mausoleo para la familia Bruni del arquitecto Angelo Cola y el escultor Giulio Monteverde en el Monumental de Milán, el Mausoleo para el Marqués Casa Jiménez en la Sacramental de San Isidro de Madrid, o el Mausoleo a la familia Domingo Matte en el Cementerio General de Santiago de Chile.

Panteón Casa Jiménez en la Sacramental de San Isidro


Panteón Domingo Matte en
el Cementerio General de Santiago de Chile

Adscrito a una tendencia más académica, realiza un cuidado diseño para un panteón capilla atendiendo a la solicitud de Carlos Dupuy de Lome[31]. Presentado ante la Comisión de Cementerio el 25 de mayo de 1885, fue aprobado por el arquitecto municipal José Calvo el 10 de junio siguiente.

Proyecto para el panteón Dupuy Delome
Antonio Martorell

Sobre un solar de 25 m2 Martorell retoma el clasicismo más puro en forma de pequeño templete. En la fachada cuatro pilastras estriadas de capiteles compuestos, sustentan un frontón labrado en su sima en forma de cordón, con acróteras en los laterales y coronado por una cruz. En el tímpano enmarcado entre relieves vegetales la inscripción “DUPUY”.

Panteón Dupuy Delome
Antonio Martorell



En diciembre del mismo año, firmaba otro proyecto para el panteón de la familia Jura-Real y Villatoya[32] en el que daba un giro de radical en la cuestión de estilo, desarrollando una arquitectura plenamente goticista.


Panteón de los Marqueses Jura-Real
 
Este panteón capilla de 40 m2 continua la tendencia medievalista que otros monumentos del cementerio valenciano habían adoptado con anterioridad, como el de White y Llano, primero de este estilo en el camposanto valenciano, obra de Sebastián Monleón fechada en 1858.

Familia Llano White, Sebastián Monleón, 1858
 Todos los elementos empleados, el arco ojival con rosetón central, cobijado por un floreado gablete y gran florón en la cima, junto a los esbeltos pináculos laterales,  componen una microarquitectura a imagen de los templos góticos, pero adaptada a la perfección al espacio y a las necesidades del género funerario. Esta fue la virtud del eclecticismo, la diversidad y riqueza formal disponible, apreciable en todas sus múltiples variedades en los cementerios decimonónicos como en ningún otro espacio del momento.
Esta versatilidad en la creación de diseños de tan diferente traza es una muestra del repertorio arquitectónico que no sólo Martorell, sino todos los arquitectos contemporáneos de entre siglos manejaban en sus creaciones.
Más tarde, en la década de los noventa encontramos el diseño para la familia Alcaráz, otra nueva variación que en parte toma como base el boceto para la familia Dupuy Delome.


En este pequeño mausoleo de inclinaciones neobarrocas, se puede apreciar como los elementos arquitectónicos se desenvuelven con mayor libertad tanto en su conjugación como en su ornamentación.


Panteón familia Alcaráz
Antonio Martorell


De nuevo una puerta de medio punto similar a la de los Dupuy, queda albergada bajo un frontón de elaborada cornisa y rematado por cruz con la inscripción en el centro del tímpano, pero los elementos sustentantes en esta ocasión presentan un diseño mucho más complejo. Las dos columnas exentas que flanquean la entrada, con sendas transpilastras gemelas cada una, presentan los fustes desnudos en sus imoscapos desnudos y acanalados en los sumoscapos, sobre ellos capiteles compuestos que sirven de base a un entablamento recortado en el que se apoyan sendas urnas funerarias.
En 1909 se levanta uno de los panteones más emblemáticos del cementerio valenciano, el de la familia Moroder para el que Antonio Martorell trazo el escenario perfecto la obra escultórica de Mariano Benlliure.


Panteón familia Moroder
Antonio Martorell


El mausoleo está precedido por un patio delimitado por cuatro pilares de forma piramidal en sus cuatro vértices. Los delanteros están rematados por un pebetero sustentado por tres lechuzas y los laterales a la puerta por cabezas de bucráneos, todos ellos entrelazados por una sencilla pero elaborada reja compuesta por ramas de espino y flores de adormidera que se repiten talladas en el muro en talud del panteón.







La entrada a la cripta está protagonizada por un extraordinario ángel en mármol que costiene la cerradura de una puerta de bronce labrada con bajorrelieves, mientras con la otra mano señala a las escaleras que conducen al interior, cerrado ahora sí, por unas puertas flanqueadas por dos siluetas femeninas veladas en señal de duelo. En lo alto apoyadas en un cuerpo rectangular a modo de altar, caen afligidas dos figuras que sostienen un cáliz del que emerge la hostia consagrada.




Sin duda, este ángel andrógino, cándido y sensual, de reminiscencias italianas, no es solamente una de las mejores obras del cementerio, sino una de las mejores esculturas del maestro valenciano Marinao Benlliure.
Por último traemos a colación el panteón que para su propia familia diseñó Martorell en el año 1908.


Panteón familiar de Antonio Martorell


Él mismo, como no podía ser de otro modo, se dirigía a la Corporación solicitando un terreno de trazado irregular en la zona que, por aquel entonces, estaba albergando todas las nuevas construcciones monumentales, la Sección Tercera izquierda en el denominado Patio de la Cruz o Patio de las columnas.[33].


Si hasta el momento hemos podido comprobar la versatilidad de Martorell en proyectos de tintes goticistas, neoclásicos, neobarrocos y hasta de inspiración egipcia, llegamos al punto de no poder entablar similitud con ninguno de los estilos históricos, que por otra parte, aunque no resulta necesario establecer esta similitud para el análisis y comprensión de la obra, hasta el momento había servido de referencia para su valoración. En este boceto de panteón capilla con cripta, el arquitecto nos sorprende con un diseño sencillo, pero inesperado en su repertorio.
Una capilla de planta rectangular, con los muros lisos ligeramente en talud, se cierra  con bóveda rebajada de medio cañón. El alzado, horadado en los laterales por ventanas geminadas, muestra en su fachada un pebetero cuyo humo difumina sutilmente una paloma en altorrelieve y las últimas letras del apellido Martorell. Junto a la puerta una escultura de tamaño natural apoyada sobre la pared mira de forma reflexiva hacia el suelo.

Panteón para la familia del arquitecto Antonio Martorell



Un diseño así podría englobarse en el ideal romántico o el gusto modernista, pero no radica su importancia en esta mera clasificación, sino en la evidencia de una progresión constante, de una evolución que llevó a Martorell como a otros muchos a la arquitectura moderna gracias, eso sí,  al conocimiento y desarrollo de la  arquitectura antigua.
Esta variedad estilística, estos cambios bruscos que como hemos apreciado en Antonio Martorell, daban los arquitectos en cuestiones formales y ornamentales en sus proyectos, tal vez se debieran a un deseo expreso del comitente al que en muchas ocasiones debía adaptarse el arquitecto. Pero también hay que tener en cuenta, que la gran variedad en el repertorio arquitectónico de estos tiempos, exigía de estos profesionales un conocimiento muy amplio de toda la gama de estilos históricos, que en la mayoría de ocasiones se reinterpretaban con  gran maestría logrando una obra nueva, un nuevo estilo. Queda claro tras el arduo debate que suscitó la validez el eclecticismo arquitectónico, que esta arquitectura, llamémosla de “entre siglos” no se puede interpretar como una mera copia o reutilización de los modelos del pasado, sino de una nueva arquitectura que se sirve de todo el conocimiento anterior para adaptar las construcciones a espacios concretos, usos determinados y gustos particulares, posibilidades estas que tal vez no se contemplaban en tendencias arquitectónicas de otras épocas.

OTRAS OBRAS DE MARTORELL EN EL CEMENTERIO GENERAL DE VALENCIA:


Panteón S. Albacar

Panteón para Joaquín Serrano Cañete

Monumento al pintor Cortina



Panteón familia Maestre Bosarte

Panteón de Ignacio Despujol y Rigalt.
Atribuido a Antonio Martorell


FUENTES DE ARCHIVO

- ARASCV (Archivo Real Academia de San Carlos de Valencia)
- AHMV (Archivo Histórico Municipal de Valencia)

BIBLIOGRAFÍA

- ALDANA FERNÁNDEZ, Salvador, La Lonja de Valencia y la Real Academia de San Carlos”, Archivo de Arte Valenciano, LXXXI, Valencia, 2000, p. 68-77
- Almanaque Las Provincias para 1931, p. 438-39
- AA.VV. Gran Enciclopedia de la Región Valenciana, Valencia, 1973
- BENITO GOERLICH, Daniel, La arquitectura del eclecticismo en Valencia, Valencia, 1983.
- BLASCO SALES, María Jesús, "Panteón de Juan Bautista Romero, la culminación de la retórica del Barroco", Boletín Museo Camón Aznar, 2002, nº 89, Zaragoza, p. 67-92
- CATALÁ, M. A., " La otra cara de la ciudad: Noticias documentales y valores arquitectónicos y artísticos del cementerio general de Valencia" Actas I Congrés d´Història de la Ciutat de València (s.XIX-XX). Valencia. p. 3.2.1. - 3.2.25.
- CAVELLI TRAVERSO, C. Santo Varni scultore (1807-1885), Génova, 1985
- Egyptomania, (catálogo de exposición) París, 1994
- GIL SALINAS, Rafael y PALACIOS ALBANDEA, Carmen, Las Calles de Valencia y pedanías: el significado de sus nombres, Valencia, 2003
- MARTORELL Y TRILLES, Antonio, Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia: Solemne inauguración del Curso de 1886 a 1887, Valencia, 1886
-“Necrológica”, Archivo de Arte Valenciano, años XVI y XVII, enero-diciembre, Valencia, 1930-1931, p. 174-175
- ORGA, José, "Apuntes históricos. El Cementerio General", Revista Edetana, 29 de octubre de 1848. pp. 131-134.
- PONS, Anaclet y SERNA, Justo, La ciudad extensa: la burguesía comercial-financiera en la Valencia de mediados del s. XIX, Valencia, 1992
- RICO DE ESTASEN, J. "El cementerio de Valencia" Valencia-Atracción, noviembre 1935. p. 162-164
- SAGUAR QUER, Carlos "La egiptomanía en la España de Goya", Goya, nº 252, Madrid, 1996. p. 367-381
-TRAMOYERES BLASCO, Luis, "Los cementerios de Valencia" Almanaque Las Provincias, 1895, Valencia. pp. 165-170.




[1] Necrológica en  Almanaque Las Provincias para 1931, p. 438-39
[2] ARASCV, Partida de Bautismo, 60-B/3/1A
[3] ARASCV, Papeletas matrículas: Legajo 42/2/1EE
[4] ibídem, Legajo 43/9/10
[5] ibídem, Expediente Antonio Martorell 60-B/3/1H y siguientes
[6] ARASCV, Legajo 87/2/28
[7] ARASCV, Solemne inauguración del Curso 1886-1887, Valencia, 1886, p. 6 Martorell fue nombrado Secretario general en este mismo curso. En esta memoria se  recogen también los primeros trabajos que Sorolla envió a la Academia como pensionado en Roma, así como la formación de una Junta para la elevación de un monumento en honor al pintor Rivera en 1888 (que realizaría Mariano Benlliure).
[8] De entre las escasas construcciones de Martorell que todavía hoy sobreviven en la  ciudad, son dignas de mención las sitas en la calle de la Paz nº 24 de 1897, y los nº 3 y 40 ambas 1900, así como la Casa Salvador Pascual en la calle Pérez Pujol, nº 3 de 1911.
[9] Almanaque Las Provincias para 1931, p. 438-39
[10] BLASCO, María Jesús, "Panteón de Juan Bautista Romero, la culminación de la retórica del Barroco", Boletín Museo Camón Aznar, 2002, nº 89, Zaragoza, p. 67-92
[11]Toda la información respectiva a la construcción de los panteones citados en el presente estudio corresponde a los fondos del Archivo Histórico Municipal de Valencia, (AHMV), Sección Iª. Subsección E, Clase II, Subclase B, Panteones. En este caso: 1876, Expediente para el panteón de Peris y Valero.
[12] José Peris y Valero (Valencia, 1821-1876). Fue miliciano nacional. En 1854-1855, fue elegido diputado provincial. Ostentó la alcaldía de Valencia en 1856, hasta la llegada de los moderados, en que fue deportado a Toledo. Regresó en 1858 y elegido diputado a Cortes. En 1868, fue presidente de la Junta Revolucionaria de Valencia y luego gobernador civil de la provincia, reprimiendo el alzamiento republicano de 1869. En 1870 fue nuevamente nombrado diputado a Cortes; abandonó la política con el advenimiento de la República. GIL, R. y PALACIOS, C., Las Calles de Valencia y pedanías: el significado de sus nombres, Valencia, 2003, p. 380
[13] AHMV, ibídem.  “Fernando Zorija Escrich, propietario, vecino de esta ciudad, domiciliado en la calle de Bordadores numero 5 y 7” solicitante del terreno e hijo político del finado.
[14] Si bien en principio se solicitó el terreno en el había sido enterrado Peris y Valero, meses más tarde, el 10 de junio de 1877, D. Mariano Zorija se dirigía de nuevo al Ayuntamiento, para solicitar un cambio en la ubicación del mausoleo, vista la decisión del Ayuntamiento de designar a la entrada del Cementerio una zona dedicada a panteones ilustres. A tal petición le dio el visto bueno el Arquitecto Mayor Antonio Marzo el 18 de septiembre de 1877.
[15] AHMV, 1878, Expediente para el panteón de la Familia Montesinos, con memoria y proyectos adjuntos fechados el 16 de agosto de 1879. Ubicado entre los de Trenor y Ferraz Azcón.
[16] Obra de Sebastián Monleón, más información en BLASCO, MJ., Op. Cit.
[17]La obra levantada hacia 1853, es del escultor genovés Santo Varni, uno de los artistas más significativos de la escultura italiana de la segunda mitad del siglo XIX, y especialista en monumentos funerarios, como lo demuestran sus más de cuarenta obras realizadas para el cementerio monumental de Staglieno en Génova. Ubicada en el centro de la sección la derecha, posterior a la capilla.
[18]También obra de Sebastián Monleón, aunque en esta cambiaría el clasicismo por el neogótico. Construcción adosada a la pared de la cabecera de la capilla.
[19] De Ramón María Ximénez, ubicado en la sección izquierda posterior a la capilla.
[20] De José Zacarías Camaña, ubicado en la sección primera izquierda.
[21] AHMV, 06 de noviembre de 1877
[22] José Aixa Íñigo, (Valencia, 1844-1920). Discípulo de la Academia de Bellas Artes de San Carlos, tras su formación y experiencia en París y Colonia, regresó para ejercer de profesor de arte decorativo y de escultura en la Academia valenciana, donde fue nombrado académico en 1901. En su ciudad natal se conservan entre otras la estatua de Luis Vives de la Universidad, la del Padre Jofré del antiguo Hospital, los bajorrelieves de la antigua facultad de Medicina y un gran número de bustos, estatuas, relieves, etc., para jardines, mausoleos y otros destinos. En 1890 se encargó de la restauración de la Lonja y de las Torres de Serranos, trabajos que le valieron ser nombrado restaurador artístico de monumentos municipales. Suyas son también las vidrieras de las catedrales de Valencia y Segorbe. AA.VV. Gran Enciclopedia de la Región Valenciana, tomo I, Valencia, 1973, p. 68.
[23] Las Provincias, 1 de junio de 1881, p. 1: “El arquitecto Antonio Martorell ha pedido autorización al ayuntamiento para construir un panteón en el Cementerio con destino al marqués de Colomina y familia. Hemos tenido ocasión de ver el diseño, y si lo aprueba la corporación municipal, resultará un panteón sumamente elegante y de mérito.”
Las Provincias, 9 de febrero de 1882, p. 2.: “Dedicado a la memoria del marqués de Colomina va á erigirse en nuestro Cementerio un magnífico panteón que irá adornado de cinco estatuas de mármol, que se han encargado al distinguido escultor Sr. Aixa. /Cuatro de ellas, que han de estar sentadas en la base del monumento, representarán el trabajo, la industria, el comercio y la agricultura; la quinta, figurará en lo alto del sepulcro. /El Sr. Aixa está ya trabajando en esta obra, que no dudamos será digna de su reputación.”
Ver también Las Provincias, 30 de octubre de 1886, p. 2, en la que se hace una crítica al ángel de Aixa.
[24] En la década de 1830-40 el Cementerio General debía tener una imagen cercana al parque-jardín como tenía el ejemplo francés de Père-Lachaise, tal era el volumen de vegetación que llegó a denominarse Hort de les Palmes por la gran cantidad de palmeras que ocupaban el recinto hasta que, con la llegada de los panteones y mausoleos burgueses se sacrificará la naturaleza en favor del arte. ORGA, José, "Apuntes históricos. El Cementerio General", Revista Edetana, 29 de octubre de 1848. pp. 131-134
[25]AHMV, 10 de abril de 1888
[26]Una copia en bronce cuelga en la actualidad de las paredes del Museo de Bellas Artes San Pío V de Valencia.
[27]ALDANA FERNÁNDEZ, Salvador, La Lonja de Valencia y la Real Academia de San Carlos”, Archivo de Arte Valenciano, LXXXI, Valencia, 2000, p. 68-77.
[28]En ese año, 1908, presenta Antonio Martorell el proyecto de panteón para su propia familia, curiosamente uno de los últimos diseños conservados en el Archivo sobre el arquitecto.
[29] AHMV, 24 de noviembre de 1880.
[30] Egyptomania, (cat. expo.) París, 1994. p. 42 y sig.
[31] AHMV, 9 de octubre de 1884. Ubicado en la parcela nº 16 de la 1ª sección izquierda.
[32] AHMV, 8 de mayo de 1885. Ubicado  en la parcela nº 52 de la 1ª sección derecha.
[33] AHMV, 10 de octubre de 1907, petición de suelo. 28 de noviembre de 1907, petición de ampliación del terreno. 23 de enero de 1908 presentación del proyecto del mausoleo, ubicado en solar letra M entre el del nº 84 y cripta H2H del cuadro de la Cruz.

2 comentarios:

  1. Hola!, observo que quedan un par de obras suyas por destacar y una de ellas es el edificio ubicado en Calle la Paz nº 13 (Valencia) recayente a Calle Muñoz Degrain, y un edificio contiguo a él. Si hubiese información sobre ellos, estaría agradecido, ya que en ningún lugar he podido conseguir información alguna. Gracias de antemano.

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    1. Efectivamente Julio, no he nombrado todos los edificios que aún se conservan en Valencia del arquitecto Martorell. En este artículo me centro concretamente en su producción funeraria.
      Buscaré información sobre los dos edificios que usted nombra.
      Gracias.

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